miércoles, 3 de agosto de 2016

Desahogo

Comienzo a odiar que me pregunten cómo estoy. Nadie espera que le contesten cómo de verdad se sienten. Pero todos esperan que mientas. Y, con el paso de los años, comienza a fastidiarme tener que mentir sobre temas obvios. ¡Si no quiere saber la verdad, no pregunte, caramba! Prefiero mentir sólo cuando vale la pena como, por ejemplo, a los chusmas de siempre que buscan saber lo que no quieres contar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario