miércoles, 13 de abril de 2016

Temporal

Hace una semana. Tormentas y humedad y lluvia. Mi cuerpo había hincado el diente en mí y no quiere soltarme. Tengo una pila de ollas sucias que no puedo lavar porque implica estar de pie y eso implica dolor. Hoy no almuerzo. O almuerzo sí, anti inflamatorios y tramadol. Tengo una imagen fija en la mente, la de un insecto, un grillo, al que le arrancan las patas una a una. Porque eso es lo que quiero hacer yo, arrancarme las extremidades que me escuecen por el dolor instalado de los nervios presionados por un disco intervertebral fuera de lugar. La racionalización no me ayuda. Pero la imagen del grillo sin patas sigue ahí mientras dura el dolor.

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