domingo, 15 de noviembre de 2015

No más dolor

Otro día tormentoso, estoy con dolor y tengo consulta con mi psicóloga. En los últimos meses, salir de casa con dolor se ha vuelto casi imposible. Me explico: yo iba a trabajar con dolor, muchas y muchas veces trabajé con dolor y otras medicada y otras no pude concluir la clase pero me quedé hasta el final. Yo quería estar ahí, continuar con mi vida por sobre todo, y como quería, podía. Y me sentía orgullosa de mí por eso. Pero ya no puedo hacerlo. Si estoy con dolor me paralizo, me vuelvo incapaz de salir del capullo de protección y alivio que se ha vuelto mi cama. Y constatarlo me angustia porque el impedimento ya no es sólo físico y no puede ser removido con la fuerza de mi voluntad. Quiero y puedo y hago: esa trilogía de manual de autoayuda se ha roto tantas veces que ha dejado un rastro que mi cerebro no olvida. NO MÁS DOLOR, me dice. Yo digo VAMOS y él me contesta NO MÁS DOLOR, como si tuviera entidad propia y activa su mecanismo de protección creyendo, como sólo puede creerlo un cerebro con un mecanismo de defensa que no nos obedece, que si no nos movemos, estaremos bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario