lunes, 29 de abril de 2013

Conversaciones 3 (18 de setiembre de 2012)

  • Ella: ¡Querida Vivi! Hoy retomé face, hace pila no entraba! Te cuento que he tenido mejorías parciales con la reflexología. Voy 2 veces por semana pero hay días que preferiría no levantarme. Solo lo hago por los niños.
    ¿¿¿¿¿Y tú cómo estás?????
     
  • Yo:  Me alegra saber de ti. Todo es lento, H... qué bueno que al menos tus hijos te incitan a levantarte... Yo estuve dos semanas con licencia médica, trabajé dos, la última de arrastro y movida a voluntad (tramadol mediante)... Quería estar presente en las reuniones y en la entrega de calificaciones aunque hubo un día en que me pregunté qué hacía allí parada al frente de una clase y aguantando tanto dolor... Creo que mi último bloqueo ya venció. Duró un año, mucho pedir... ahora tengo que aguantar hasta noviembre cuando veo especialista de columna de nuevo. Pero reconozco que aprender a conocer y respetar nuestro cuerpo y nuestros límites es fundamental. Me exigí tanto que he estado en cama desde el sábado... Hoy me levanté para ir a tomar un examen. Lo de la cama... te cuento... trabajo en dos turnos, mañana y noche... cuando llego a mediodía o a la una otros días, almuerzo algo rápido, me medico y me tiro sobre la cama. Me levanto para ir a dar clase de noche. Es una de las limitaciones de mi nuevo cuerpo... No es algo que pueda explicarle a una persona... "normal"... saludable, digamos.Conseguí una señora que me ayude una vez a la semana y mi casa es pequeñita, pero descubrí que me resulta muy difícil (y doloroso) agacharme para lavar los pisos y limpiar el baño, que se me amontona la vajilla sucia porque me duele estar de pie para lavarla... y soy yo sola, ¿entiendes? Mi cuerpo ya no es el mismo, el tuyo tampoco. Tendrás que ir redescubriéndolo, tus nuevos límites... cambiando cosas de tu vida, eligiendo hasta donde puedes permitirte dolor sin pagar las consecuencias después... Cambiando los tiempos... volviendo a descubrirte... si tienes una buena razón para levantarte... pues, creo que eso no es malo. Tendrás el doble de razones para recuperarte más rápido, siempre respetando tu cuerpo... ¿Qué te estoy diciendo? Ya me contarás... Escribe cuando quieras y puedas. Un abrazo grande
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      • Conversaciones 2 (29 de agosto del 2012)

      • Ella:  HOY FUI NEUROCIRUJANO. ME MANDO A HACER REFLEXOLOGÍA Y ACUPUNTURA. JA, JA, UN CHISTE!! DICE QUE SOY MUY JOVEN PARA OPERAR Y QUE SI NO AGUANTO MÁS ME HACE UN BLOQUEO PERO QUE BUSQUE OTRAS ALTERNATIVAS ANTES PORQUE EL BLOQUEO TIENE MUCHA CORTIZONA Y NO SOLO ACORTA EL LARGO DE LA VIDA SINO QUE TIENE EFECTOS SECUNDARIOS PARA EL CORAZÓN.
         
      • Yo:  Me imagino que sentirás unas impotencia tremenda... Parece que le tomaran el pelo al paciente, pero esperaba que estuvieran haciendo las cosas diferentes por ahí... Tú prueba con todo lo que te parezca que te puede aliviar, algunos tratamientos funcionan y otros no, depende del organismo y de tu lesión en particular pero no le temas a los bloqueos. Para mí han sido una experiencia muy fea, pero el efecto del último duró un año, así que no dudaré de hacerme otro así que pueda. Los efectos secundarios de las sustancias que te inyectan son los mismos que puedes tener a largo plazo con antiinflamatorios y analgésicos que ingieres vía oral y van deteriorando el sistema gastrointestinal, hígado y riñones. Lo tengo bien claro. Pero ¿y el sufrimiento del paciente no cuenta? ¿Y la calidad de vida dónde queda? Esos momentos en que no quieres ni que te hablen ni que te toquen, en que dejas de ser tú misma para ser un bichito tirado en una cama y rehén continuo de tu cuerpo...
        Bueno... tú cuéntame después cuál será tu próximo paso. Queda un largo recorrido... Fuerza.
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        • Conversaciones 1 (21 de agosto de 2012)

          Yo:  Tu hermana me contó lo de tu hernia de disco y también que tienes consulta con neurocirujano. Ojalá todo se resuelva de la mejor forma posible, H. Estás en el mejor lugar para lograr el tratamiento adecuado. Acá operan los traumatólogos lo que no es lo adecuado porque es una cirugía de mucho riesgo. Espero que todo corra lo mejor posible para ti y que estés aliviada. Lo único que te puedo decir es que lleva su tiempo y de nada sirve desesperarse, aunque haya días en que lo hagas igual. Yo sé que aunque estoy mejor no estoy curada y que esta es la peor época para los problemas de columna. Los días húmedos son los peores, y yo trabajo de pie, algo que no tolero cuando estoy en un empuje. Creo que fue la mejor decisión porque estaba trabajando muy medicada y el estómago no me aguantaba más. Además, mi cuerpo ya no es el mismo y me canso mucho, a pesar de guardar reposo siempre que puedo. En fin, un tiempo para cada cosa, ahora es el tiempo para cuidarse. Ya vendrán otros. Te dejo un abrazo y el agradecimiento por el apoyo. Aquí me tienes si necesitas desahogarte y charlar. Llevo algún tiempo en esto y me resta un buen tiempo más.
           
        • Ella: Corazón, si bien he desesperado y llorado sé que no gano nada, tal vez a ti te pasó de no poder ponerte ni la bombacha sola o no poder inclinarte en la palangana para lavarte los dientes. Ahí fue cuando noté la incapacidad que tenía y que tengo 2 peques que me necesitan y que tengo que salir adelante por ellos. El jueves me ve el traumatólogo y el 29 el neurocirujano espero poder dejar la morfina que es lo que hasta ahora me viene sosteniendo ya que sigo dando clases en casa (tuve que suspender por un mes) y sigo con las empresas por internet haciendo lo que puedo, solo que trasladarme es un martirio.
           
        •  Yo: Me pasó de no poder bañarme porque no podía mantenerme de pie y pasar tres días sin hacerlo porque no tenía quien lo hiciera por mí, ducharme sentada en un banco, de lavarme los dientes sentada en el váter, no comer por no poder cocinarme... cocinar sentada... y de lo que me costó liberarme de los efectos secundarios de la morfina a la que tengo terror... pero que tendré que tomar hoy, por ejemplo, para poder dormir... Creo que una neurocirugía es la mejor solución. No lo dudaría si fuera mi caso. Aquí lo que hacen es esperar a que el cuerpo cure a sí mismo lo que puede llevar años en los que estás incapacitada y te vuelve adicta a medicamentos fuertísimos que van afectando hígado, estómago, intestinos, sistema nervioso y riñones. Cuéntame qué te van diciendo los especialista y te deseo la mejor suerte posible. Como lo dije antes, estás en el mejor lugar para recibir el tratamiento adecuado. La buena noticia es que pasa, en algún momento mejora, así que mucha paciencia, fe y a no aflojarle a los médicos que no son ellos los que están sufriendo en tu cuerpo. Bs
           
        • Ella:¡Ay, qué triste pero qué alegría saber que comparto lo mismo con alguien!! Yo también me baño sentada, no aguanto todo el baño parada y cocino sentada!!!Toda una experta ya en hacer milanesas de berenjenas, etc.!!! la diferencia es que yo tengo 2 nenes y no entienden que no hay de comer o que la túnica no está lista para ir a la escuela o que mamá no está para hacer los deberes o cosas así.
          La más afectada es la perra Sasha que a veces no come porque no tengo quien suba a la azotea pero bue, me las voy arreglando!!!
          Te mando un beso enorme!!!
          • Caminando en círculos

               Después de un fin de semana entrando y saliendo de emergencia y probando la habilidad de las enfermeras en lidiar con las venas finas de mis brazos, fui a ver a mi doctor con una pequeña sonrisa. Después de dos días con dolor, mareos y vómitos, hoy pude comer y la medicación no me cayó mal. A veces mi situación se vuelve un círculo que me estruja y estruja hasta hacerme reventar: los analgésicos fuertes quitan el dolor pero desencadenan otros problemas, como la gastritis medicamentosa, extrema sensibilidad del hígado, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal, náuseas ante olores fuertes y al comer... Y reencontrar el equilibrio cuesta un poco. Sin comer no puedo tomar mis medicamentos, sin mis medicamentos no puedo estar sin dolor: he ahí el círculo inevitable. Y sumémosle que no poder comer, para una gordita, es una gran tragedia. Falta algo... Falta la compensación oral por el dolor. Y ustedes no tienen idea de lo importante que eso... Me he acostumbrado a vivir con dolor en mis lumbares pero cualquier otra patología que se manifiesta es inaceptable. Me pongo fastidiosa, molesta hipersensible y todo duele el doble. Entonces en un instante de cordura tomé la decisión que me venía angustiando la última semana: no volver a mi trabajo hasta hacerme un buen tratamiento para el dolor con el especialista de columna y respetar los dictámenes de mi cuerpo. No por autocomplacencia, sino por respeto. Tal vez eso sea lo más importante que he aprendido en este tiempo: respetar a mi cuerpo. Hay un momento para luchar y otro para quedarse quieto. Me ha llegado el segundo. Ya regresaré a la lucha cuando corresponda.   

            lunes, 22 de abril de 2013

            Preguntándome

            Preguntándome si este ser torturado aún soy yo, si queda algo de mí en cada fragmento de carne dolorida, si queda algo de mí cuando paso a ser más cuerpo que mente, más cuerpo que el yo que anima esta frágil estructura orgánica de carne y huesos. ¿Es que alguna vez somos algo más en nuestra existencia humana? No hay filosofías que valgan al moribundo. No puede elegir dejar de respirar. Es más cuerpo que voluntad. Y así me siento. Pesa este cuerpo, pesa. Pesa arrastrarlo a cada paso, pesa al querer levantarme, pesa al sentarme y al respirar, pesa. Pesa mi humanidad urgente. Y pesa más no poder hacer que pese mi voluntad. Pesa más ceder el dominio del mundo que me ilusiona poder comandar. Lamentar como refugio humano, y ceder como acto posible, no queda más. Y las palabras, que siempre me salvan.  

            lunes, 8 de abril de 2013

            Sobre las plegarias

                Mis oraciones se han reducido a una: agradezco cada día que me permiten trabajar y llegar al final del día sin dolor. Con
            frecuencia no van juntas pero no me molesto.  En otros agradezco por mis piernas, por poder caminar. En otros, por poder darme vuelta en la cama. En otros por poder salir a recorrer tiendas con incomodidad mínima en lugar del dolor desgarrador que baja por mi pierna izquierda. En otras, por poder acostarme. Un día por vez está bien. Ya vendrán otros en que tendré que cambiar la plegaria.

            lunes, 1 de abril de 2013

            Entre el dolor y la culpa

            He ido manejando el incremento del dolor en estos últimos tres días. Con medicación, con reposo, y observándome. No levanté peso, no tomé frío, hay tormenta, estoy viva. Las razones por las que algunos tipos de tormenta afectan mi columna y otras no es aún un misterio para mí. Lo único que puedo asegurar que me produce dolor es el frío. Lo demás... depende. Duele por esa maceta con plantas  que cambié de lugar, porque hice un movimiento indebido con la moto, porque estuve mucho de pie, porque estuve mucho en la cama, porque hay tormenta, porque estoy con la menstruación... duele, PORQUE ESTOY VIVA. Hoy no levanté el teléfono para avisar que no iba a trabajar, me llamaron, pero luego vino el conocido sentimiento de culpa. El dolor y la culpa en relación al trabajo se entrelazan como dos amantes rencorosos. Cuando sucede me convierto en un mecanismo más del sistema que no funciona, un organismo biológico fallado. Soy un eslabón débil en la cadena, no me sustituyen pero les gustaría hacerlo porque no cumplo con mi función. De nada me sirve recordar que soy una persona y no la pieza de una máquina social. ¿Para quién? El ser controlador y perfeccionista que llevo dentro se siente victorioso. Si hoy mis huesos se han petrificado, HOY, reina él.