sábado, 2 de julio de 2016

Jueves 30 de junio de 2016: Admisión de fracaso

El dolor me atenaza desde que me despierto y absorbe mi mente como un punto fijo de luz del que no puedo apartar la atención. A las cuatro de la tarde me alivio y le escribo a mis amigas pero a las seis vuelve, lento como una larva que apenas despierta a la vida y ansía alimentarse de mi carne. El dolor se instala también en mi pecho, no físico, el dolor de tener que reconocer lo que ahora es obvio: el bloqueo lumbar no dio resultado. Tanto dolor desperdiciado, tanto dolor para nada. No puedo llorar, el peso que siento me aplasta el pecho es mayor que eso. Solo me resta dormir. Y esperar un nuevo día.

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