lunes, 22 de abril de 2013

Preguntándome

Preguntándome si este ser torturado aún soy yo, si queda algo de mí en cada fragmento de carne dolorida, si queda algo de mí cuando paso a ser más cuerpo que mente, más cuerpo que el yo que anima esta frágil estructura orgánica de carne y huesos. ¿Es que alguna vez somos algo más en nuestra existencia humana? No hay filosofías que valgan al moribundo. No puede elegir dejar de respirar. Es más cuerpo que voluntad. Y así me siento. Pesa este cuerpo, pesa. Pesa arrastrarlo a cada paso, pesa al querer levantarme, pesa al sentarme y al respirar, pesa. Pesa mi humanidad urgente. Y pesa más no poder hacer que pese mi voluntad. Pesa más ceder el dominio del mundo que me ilusiona poder comandar. Lamentar como refugio humano, y ceder como acto posible, no queda más. Y las palabras, que siempre me salvan.  

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